El desalojo en la comunidad La Cumbre, Tactic, Alta Verapaz, llevada a cabo el 1 de noviembre de 2017, por el Ministerio Público (MP), Policía Nacional Civil (PNC), Comisión Presidencial de Derechos Humanos (Copredeh), supuestos propietarios del inmueble y sus trabajadores, es una muestra de la desigualdad, discriminación, racismo y desprecio a la vida de las familias indígenas y campesinas, realidad guatemalteca que se replica en varios puntos del territorio nacional.
Las 25 familias Q´eqchi´ desalojadas son exmozos colonos y viven en una fracción de tierra, llamada La Cumbre, el 25 de noviembre de 2011, como acto de presión para que les reconozcan el tiempo que ellos trabajaron para Miguel Ángel Morales, antiguo dueño de las tierras, ya que al heredar el inmueble, los señores Raul y Osmin Morales Cahuec, deben hacerse responsables de la deuda que dejó su progenitor.
Sin embargo los Morales Cahuec lejos de asumir su responsabilidad, han utilizado no solo la vía jurídica, sino también, el acoso, amenazas y difamación en contra de los miembros de la comunidad La Cumbre. De hecho, Raúl Morales agredió a un niño que se negó a salir de su vivienda, durante el desalojo, mientras empleados públicos de Copredeh y la Procuraduría de Derechos Humanos observan el escenario sin hacer nada para impedirlo (ver galería de imágenes).
En repetidas ocasiones mujeres y hombres se han acercado a las instancias correspondientes para denunciar el acoso y amenazas, pero los funcionarios les han respondido que ellos son culpables de los que les pasa, porque son invasores. De esa manera despectiva les niegan el derecho de accesar a la justicia.
Muchos funcionarios públicos como jueces, personal de la PDH, de Copredeh, el MP y la PNC son parte de ese mal social, el racismo y discriminación. Se convierten en los peones de los finqueros a la hora de efectuar desalojos. Se presentan al área a defender y auxiliar al terrateniente, y se deleitan viendo cómo se agrede a campesinos y como se destruyen viviendas, cultivos, herramientas de trabajo y utensilios de cocina. El desalojo de La Cumbre, es un ejemplo de lo que aquí se dice.
Las familias desalojadas (ayer), se han ubicado a la orilla de la calle, porque no tienen a donde ir. Sus granos básicos los han perdido, solo cargaron con lo poco que pudieron, en los próximos días podrían quedarse sin comida y su salud podría deteriorase. Su situación de vida será responsabilidad del Estado ya que existen protocolos que no se cumplieron en este desalojo, producto de la discriminación y racismo imperantes en las estructuras de gobierno.
Por: José Cubur
Fotos: cortesía de Internet
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